Odontopediatría
En CRISTINA VIYUELA + CO tenemos 10 años de experiencia como Clínica Dental de Odontopediatría, tratando las bocas de los más peques desde muy temprana edad. Es aconsejable que empecéis a venir con vuestros hijos para revisiones iniciales a partir del año y medio o dos años de edad.
Si buscas una Clínica especializada en Odontopediatría en Madrid, esta es tu clínica. Conseguir que los niños acudan al dentista sin ningún tipo de temor es nuestra recompensa. Nuestra máxima es prevención, prevención y prevención. Contamos con programas individualizados dirigidos por la ODONTOPEDIATRA siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Norteamericana de Odontopediatría y ADA.
Las caries en dientes de leche pueden causar dolor, abscesos e infecciones, y pueden contagiar a los dientes definitivos. Recuerda que algunos molares de leche no se cambian hasta los 10-14 años y que los dientes permanentes recién erupcionados son mucho más vulnerables a la caries, produciéndose la mayoría de las caries de los dientes definitivos entre los 6 años (cuando erupciona la primera muela definitiva) y los 14 años. Todos nuestros pacientes, desde los 3 años, se incorporan en estos programas que están coordinados por nuestra especialista la Odontopediatra, nuestra ortodoncista y el departamento de higiene y prevención, y están dirigidos tanto a los niños como a sus padres o cuidadores. En niños utilizamos siempre composites sin bisfenol por precaución ante una posible toxicidad. Te invitamos a que descubras todos nuestros servicios y a que nos visites con tu pequeño cuanto antes. Los hábitos de salud oral son fundamentales para tener una boca sana en un futuro. Contacta con nosotros para poder revisar la salud bucodental de tu hijo y poder prevenir cualquier problema dental en un futuro.
Malos hábitos dentales infantiles
De entre los malos hábitos dentales infantiles, la higiene bucodental deficiente es uno de los más comunes y de consecuencias más negativas para los peques. El 90% de las caries que tendrá el niño en su vida se producirán entre los 6 y los 16 años. Los dientes permanentes recién erupcionados son muy vulnerables a la caries y poco a poco van haciéndose más resistentes. Todas las MEDIDAS son pocas:
1. Pasta de dientes fluorada
- Niños menores de 6 años: Concentración de ion flúor 400-500 ppm. La cantidad aproximada a poner en el cepillo debe ser menor que un grano de arroz.
- Niños mayores de 6 años: Concentración de ion flúor 1000 ppm. La cantidad aproximada será del tamaño de medio guisante.
El cepillado más importante es el de antes de ir a dormir. Aunque su hijo sea muy colaborador y hábil, el cepillado de la noche debe ser realizado por un adulto hasta los 8 años. Antes, no suelen tener destreza manual suficiente para hacerlo adecuadamente. A partir de esta edad, hay que enseñar al niño la técnica correcta y esta será sin duda la mejor inversión que harán en la salud dental de su hijo. Es aconsejable realizar una limpieza profesional y sesión de información, educación y autoevaluación de la higiene bucodental una vez al año, como refuerzo y adquisición de buenos hábitos. Los niños aprenden por imitación, pero nuestra experiencia nos ha demostrado que la gran mayoría de los adultos no tienen una técnica de cepillado correcta.
Es necesario incorporar la utilización de la seda dental en los niños en cuanto los espacios entre los molares empiezan a cerrarse. La anatomía de los dientes de leche es distinta de la de los dientes definitivos: presentan una cámara pulpar mucho más grande y las caries llegan enseguida al nervio.

2. Enjuagues diarios con colutorios de fluor
- A partir de la erupción de la primera muela de los 6 años (fluoruro sódico al 0.05 %).
- Este preparado debe utilizarse tras el cepillado de la noche, enjuagándose durante 1 minuto y procurando no tragarlo. Después no comerá ni beberá nada.

3. Revisiones periódicas con el odontopediatra cada 6 meses
La primera revisión con el odontopediatra deberá realizarse como muy tarde a los 2 años, cuando todos o la mayoría de sus dientes de leche ya han erupcionado. En esa primera toma de contacto, el odontopediatra valorará la salud bucondental de los peques, y comenzará a concienciarles de la importancia de la misma. La visita al odontopediatra debe convertirse en un hábito a realizar cada 6 meses.
Es fundamental también tener una primera revisión con el ortodoncista a los 7 años. Hay que valorar tanto las caries como el crecimiento de sus maxilares y cambio correcto de dientes. La falta de espacio o la perdida prematura de alguna pieza dentaria pasa desapercibida muchas veces y puede ser causa de apiñamientos muy graves en el futuro. Con mantenedores de espacio, aparatos de expansión de los maxilares, eliminación de hábitos, etc, podemos prevenir muchas maloclusiones e incluso evitar tener que hacer extracciones de dientes definitivos en el futuro.
En esta revisión también se realizarán:
- Aplicaciones de gel fluorado. Se realiza mediante cubetas en consulta y cada 6 meses. Independientemente del enjuague diario de fluor nocturno.
- Colocación de Selladores de Fisuras en los molares permanentes.
- Realización de radiografías (con mínima radiación) cuando se considere oportuno.
4. Golosinas y alimentación
Sería conveniente disminuir la frecuencia de consumo de golosinas, bollos, bebidas envasadas, etc.
Respiración oral
La respiración oral o bucal consiste en la entrada de aire por la boca de forma habitual y constante, es decir, no existe la respiración nasal normal. Esta alteración se puede deber a un simple hábito, o a la presencia de obstáculos en las vías respiratorias que dificultan el correcto paso de aire a través de las fosas nasales y vías respiratorias altas.
La respiración oral condiciona un mal funcionamiento de la zona bucofacial, de modo que pueden producirse algunas consecuencias nocivas:
- Paladar estrecho.
- Mordida cruzada posterior.
- Alteraciones en el crecimiento mandibular.
- Cara larga.
- Excesiva prominencia de incisivos superiores.
- Alteraciones gingivales.
Detectar estos problemas de forma temprana llevará a un tratamiento cómodo, más económico y mejores resultados.
Deglución atípica
La deglución anómala o atípica consiste en la conservación de los patrones de deglución infantiles más allá de los 2 ó 3 años de edad, de ahí que también se llame “deglución infantil”. Este hábito de deglución implica un mal funcionamiento de la lengua o de los labios en el momento de tragar.
Durante el crecimiento, la lengua actúa como un aparato de ortodoncia. Cuando tragamos de forma correcta, la lengua ejerce una presión negativa sobre el paladar, como el efecto de una ventosa. Esta presión hace que mientras el niño esté en crecimiento se vaya ensanchando el paladar. Si la lengua, en lugar de presionar contra el paladar al tragar, lo hace empujando los dientes, generará alguna de las siguientes maloclusiones: compresión del maxilar superior por falta de expansión, mordida abierta, mordida cruzada o dientes hacia afuera.

Higiene bucodental infantil
Uno de cada tres niños en España se cepilla los dientes menos de dos veces al día. Enseñar a los niños a cepillarse los dientes y conseguir que se convierta en un hábito de higiene bucodental infantil diario es responsabilidad de los padres. Y una condición imprescindible para que nuestros hijos tengan una buena salud bucodental. Con estos consejos será cuestión de cepillar y cantar.
¿Cuántas veces tiene un niño que cepillarse los dientes al día? ¿Cuáles son la pasta de dientes y el cepillo adecuados para tu hijo? ¿Y si tiene una caries? Estas y otras preguntas nos la hacemos a diario después de comer, cuando los niños se tienen que lavar los dientes.
Hacia los dos años, cuando el niño ya tiene la mayoría de las piezas dentales, es bueno que aprenda a usar el cepillo de dientes. A los tres años ya empezará a dominar la técnica y podrá empezar a cepillarse él solito.
Es muy importante que nuestros hijos adquieran buenos hábitos en la higiene bucodental infantil y, para empezar, los niños deben aprender a cepillarse los dientes. Aunque al principio necesitarán nuestra ayuda, poco a poco irán adquiriendo independencia.
Consejos para una higiene bucodental óptima
- Para despertar su interés, cómprale un cepillo infantil de cerdas suaves que lleve algún muñeco.
- Límpiate los dientes con él para que vea cómo hay que hacerlo. Enséñale a seguir siempre el mismo orden, sin olvidar la parte externa, la interna y la horizontal.
- Si se cansa antes de haber repasado todas las piezas, puedes proponerle un pacto: tú le lees un cuento mientras él se cepilla, pero él no puede terminar hasta que tú no acabes de leer la historia.
- Conviene que se cepille los dientes siempre en presencia de un adulto. Si no tenéis tiempo para vigilarle bien es preferible un solo cepillado exhaustivo por la noche que dos o tres al día mal hechos.
- Acostumbra al niño a no comer nada después de cepillarse.
- Para empezar, se lo pueden tomar como un juego frente al espejo: consiste en sacar la lengua, abrir mucho la boca y usar el cepillo dentro de ella.

Objetivos
- Prevenir la gingivitis mediante la eliminación del sarro acumulado.
- Mejora el aspecto de los dientes y da una sensación saludable y cuidada de la dentadura.
- Es fundamental para prevenir las caries.
- Prevenir la halitosis (mal aliento), uno de los síntomas que más pueden afectar a la vida social del paciente.
Ayuda
- A los niños les encanta hacer cosas de mayores, así que les podemos recordar que lavarse los dientes es una tarea de mayores, con artilugios de mayores, y él, que ya es mayor, puede empezar a usarlos.
- Hay que dejarles que lo intenten, incluso con algo de pasta con flúor, aunque papá y mamá les ayuden.
- Debemos explicarles cómo deben hacerlo bien. Con mucha paciencia les contaremos que el cepillo debe ir de arriba abajo y que también deben cepillarse la lengua. Aunque al principio no sigan las instrucciones al pie de la letra, poco a poco irán aprendiendo a hacerlo.
El cepillado en la higiene bucodental infantil óptima
Existen diferentes técnicas, pero la más sencilla y, por tanto, recomendada para los niños, consiste en hacer movimientos de arriba a abajo sobre las caras internas y externas de los dientes, y movimientos cortos de adelante hacia atrás y viceversa, en las zonas de masticación.
Cuando sean más mayores es recomendable cambiar a una técnica más efectiva, pero también más compleja:
- Divide la boca en cuatro partes para una limpieza completa y no olvidar ninguna zona.
- Moja el cepillo de dientes con agua y coloca una pequeña cantidad de dentífrico.
- Escoge una de las partes y coloca el cepillo en el borde de las encías formando un ángulo de 45°. Debes evitar el movimiento horizontal ejerciendo mucha presión sobre los dientes.
- Empieza cepillando la cara exterior de los dientes. Realiza movimientos cortos sólo de arriba abajo, desde el borde de la encía hasta el final del diente, y siempre desde las piezas traseras (que son más difíciles de alcanzar) hacia la parte frontal.
- Cepilla la cara interior de los dientes de la misma manera.
- Cepilla también las superficies de masticación. Cambia de movimiento: realiza movimientos horizontales cortos de atrás hacia delante y de delante hacia atrás.
- Continúa el cepillado en las 3 partes pendientes.
- Finalmente, cepilla la lengua con barridos de detrás hacia delante, ya que es la parte de la boca donde se acumulan más bacterias.
- El cepillado de dientes debe durar entre dos y tres minutos, y se completa pasando la seda dental y usando el enjuague bucal.
frecuentes
chuparse el dedo ¿por qué es tan malo chuparse el dedo?
La presión continuada del dedo en la parte superior de la boca deforma la arcada dentaria superior. Si el hábito se abandona pronto, lo normal es que, con el crecimiento, el paladar recupere su forma original de manera espontánea. Si el niño sigue chupándose el dedo pasados los cuatro años, tiene más posibilidades de necesitar ortodoncia en el futuro. Con el chupete también se ejerce una presión continua en el paladar superior, produciendo los mismos resultados. No obstante, hay chupetes anatómicos que pueden minimizar los efectos.
Si tienes más dudas consulta con nuestro odontopediatra que se encargará de hacer una revisión completa y ayudarte a mejorar la higiene bucodental de tu bebé o niño.
¿cuándo hay que hacer la primera visita al dentista?
La erupción de los primeros dientes es el momento de realizar la primera visita al odontopediatra, que se debería repetir cada 6 meses. Este experto será el encargado de dar las instrucciones precisas para que el niño continúe con su higiene bucodental infantil.
¿cómo debe ser la higiene bucal del bebé?
Es importante comenzar con técnicas de higiene bucodental infantil desde antes de que le salgan los dientes, cuando el niño es un bebé: desde el nacimiento y hasta la erupción de los primeros dientes (alrededor del año), se deben limpiar la boca y las encías con una gasa humedecida en agua o con un dedal de silicona, una vez al día.
¿cuántas veces al día hay que cepillar los dientes de los niños?
Lo ideal es cepillarse después de las tres comidas importantes. Pero, si no es posible, los niños deben limpiarse los dientes como mínimo dos veces al día: justo antes de ir a dormir y después del desayuno. Si tu hijo se queda a comer en el colegio, puedes prepararle un neceser con un cepillo de dientes infantil y un tubo de pasta.
¿deben cepillarse ellos solos o hay que ayudarlos?
Los padres tenemos que realizar la limpieza hasta que nuestros hijos sean capaces de cepillarse por sí solos. Y, aunque puedan hacerlo de manera independiente, es necesario estar presentes para supervisar el proceso. Lo ideal es que empiecen ellos solos, para que se acostumbren a hacerlo ellos mismos, y que los padres repasemos después y hagamos un cepillado final.
¿qué necesitan?
Es recomendable que el niño tenga un cepillo infantil propio, de cabezal pequeño y filamentos suaves y de punta redondeada. No olvides renovar el cepillo como máximo cada tres meses, y siempre después de una gripe o un resfriado.
Nuestros tratamientos
La experiencia y el aprendizaje acumulado durante muchos años de trabajo y estudio.
Odontopediatría hasta los 3 años
Higiene bucodental del bebé
Una correcta higiene bucal en los niños es imprescindible para evitar la aparición de caries y enfermedades periodontales. Por ello, debemos inculcar cuanto antes esta rutina en la salud diaria de nuestros hijos. Aprovechar los primeros años cuando se dejan manipular es la ocasión perfecta para influenciarles.
- De 0 a 6 meses se recomienda limpiar la boca del bebé con un paño de gasa preferiblemente húmedo después de cada comida. Con esto conseguiremos eliminar los restos de alimentos.
- Desde los 6 meses hasta el año, los dientes del bebé ya han comenzado a salir, por lo que es necesario limpiarlos dos veces al día. Podemos continuar con el paño de gasa en los dientes, el paladar, las encías, el interior de la boca y la lengua.
- A partir de un año los especialistas recomiendan no dejar al niño durmiendo mientras mama. Si se hace, se debe limpiar su boca antes de que se quede dormido, pues por la noche la escasez de saliva prolifera las caries. A partir de esta edad, también es importante que siga una dieta equilibrada y sana. Una dieta libre de azúcares, bebidas gaseosas y zumos, así como productos de bollería.
- Antes de los dos años, es recomendable acudir a la primera visita al dentista. Esta visita tiene como principal objetivo comprobar que el pequeño tiene una situación oral correcta y seguir las instrucciones del odontólogo. Además, a los tres años se puede comenzar a utilizar un cepillo y pasta dental especial para niños.
Etapas de la erupción dental
Desde los 6 a los 12 meses, se comienza a formar la dentadura caduca con los ocho incisivos. Primero aparecen los de abajo centrales y después los de arriba, hasta que finalmente aparezcan los cuatro laterales. Desde los 12 a los 18 meses, se desarrollan los cuatro primeros molares, los que le irán ayudando en sus funciones masticatorias. Desde los 18 meses a los 2 años, los bebés desarrollan los cuatro caninos, y adquieren la edad en la que ya es aconsejable visitar al dentista para evitar cualquier posibilidad de caries, especialmente en las muelas, donde se acumula la comida y se pegan los dulces. De los 2 años a los 2 años y medio aparecen los cuatro segundos molares y el niño ya cuenta con veinte piezas.
A los dos años y medio, los bebés cuentan con veinte piezas dentales en su boca. Estos dientes de leche duran hasta los 6 años, cuando comienzan a caerse y salen los cuatro primeros molares definitivos. Además, desde los 6 hasta los 8 años también cambiarán los ocho incisivos. A esta edad el niño ya debe saber lavarse los dientes de forma autónoma, utilizar seda dental y enjuagues bucales. También serán necesarias las visitas rutinarias con el dentista para realizar profilaxis orales y sellados con flúor.
Si tienes un hijo comprendido en esta edad, es importante que realices una visita con el odontopediatra para poder revisar y prevenir problemas futuros y tener un seguimiento de su salud bucodental.
Odontopediatría en edad preescolar (3-6)
A estas edades, los niños no paran de corretear, por lo que las roturas y las fisuras son comunes, con peligro de que padezcan traumatismos dentales con mayor facilidad. Con la ortodoncia preventiva nos aseguramos de colocar aparatos que eviten malos hábitos como la succión del dedo. También colocamos mantenedores de espacio para evitar que los dientes de leche perdidos antes de tiempo causen deformaciones en la dentadura o maloclusiones. Si estas se detectan a edad temprana, llevamos a cabo tratamientos interceptivos u ortopédicos que actúan sobre los huesos maxilares cuando existe alguna posición dental que interfiere en el desarrollo bucodental global.
Odontopediatría en edad escolar (6-12)
Esta una etapa muy importante para un niño, puesto que tienen lugar los cambios que le preparan para la adolescencia. Uno de ellos es la sustitución de la dentición de leche por la permanente. Ahora el niño presenta una capacidad de compresión suficiente para entender la importancia de mantener una buena higiene oral y desarrollar una mayor destreza para realizarlo por sí mismo.
Erradicación de malos hábitos orales e higiene dental
La persistencia de cualquier mal hábito bucal a estas edades debe ponerse en manos de un especialista para aplicar el tratamiento necesario. La respiración bucal, la deglución infantil o el hábito de chupar el dedo u otros objetos incidirá directamente sobre el desarrollo de sus estructuras óseas.
Entre los 6 y los 9 años los padres tienen todavía una función importante en la eliminación de la placa dental, pero cada vez debe ser mayor la responsabilidad del niño sobre su higiene oral. Es fundamental que lleve a cabo un cepillado correcto tras cada comida e incidiendo bien en cada pieza dental. Además, debe acostumbrarse a utilizar seda dental y a realizar enjuagues bucales sin tragarlos.
Alimentación sana y baja en azúcares
Todos estos cuidados no serán del todo útiles si el niño no sigue una dieta sana y equilibrada, baja en azúcares y en productos que contribuyan a la creación de caries.
En su dieta habitual deberá ingerir alimentos que le aporten los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo, independientemente de que sean cariogénicos o no, como pueden ser cereales, mermeladas, miel, yogures azucarados o salsas envasadas. Sin embargo, hay que advertirle sobre el potencial nocivo de algunos de estos alimentos y la necesidad de cepillarse los dientes inmediatamente después de su consumo. Por otro lado, deben evitarse los alimentos dañinos, o al menos un consumo controlado de estos. Hablamos de caramelos, chocolate, refrescos y zumos envasados o bollería industrial.
Odontopediatría en adolescencia
En torno a los doce años termina la salida de los segundos molares… y empieza una época complicada para la salud bucal: la adolescencia. En este periodo hay un alto riesgo de aparición de caries y problemas de encías.
Es muy frecuente que los adolescentes descuiden el cepillado, por no hablar de otros hábitos de higiene como el hilo dental. Según un estudio de CORA, solo 3 de cada 10 adolescentes entre 13 y 17 años se cepillan los dientes a diario.
A esta edad empieza a ser frecuente comer fuera de casa y consumir más dulces y comida basura. Además, los adolescentes son un grupo de alto consumo de refrescos, que no solo contienen azúcar sino aditivos ácidos que pueden dañar el esmalte.
Dado que la dentición definitiva acaba de completarse, muchos adolescentes llevan aparatos de ortodoncia. Los brackets facilitan la acumulación de restos alimenticios y placa dental, por lo que pueden agravar el problema.
¿Qué podemos hacer para mejorar la salud bucal de los adolescentes?
- Motivarlos con la estética, más que con la salud. El estudio de CORA concluye que entre los adolescentes que cuidan de su salud bucal, el 50% lo hace para evitar que se les pongan los dientes amarillos y el 20% para evitar el mal aliento.
- Intentar que no se salten el cepillado de antes de acostarse, ya que es el más importante.
- Recordarles y hacerles cumplir con las visitas regulares al dentista.
- Vigilar los hábitos de alimentación, al menos cuando coman en casa. Cuando coman fuera, se les puede dar un kit de higiene bucal de viaje y decirles que, como último recurso, se enjuaguen la boca y tomen chicles sin azúcar.
- Los piercing pueden tener varios riesgos para la salud bucal: infecciones, hemorragias, lesiones de encías,fracturas del esmalte… Si tu hijo quiere ponerse uno, consúltalo con el dentista.

Contacto
La Doctora Cristina Viyuela, pionera en Invisalign y Carillas Lumineers Madrid, le da la bienvenida a su página Web. En ella encontrará información sobre todos los tratamientos de salud bucodental personalizados e integrales que ofrece su Clínica Dental. Disponemos de diferentes tipos de Financiación.
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